Después de la dura y bella etapa de ayer; había dudas para acometer otra ruta por los valles pirenaicos. Después de bajar a desayunar, todo quedo claro. La haríamos. La Ruta al Valle de Bujaruelo, bien recomendada por su encanto. Y así fué sa
limos con 1 hora ya de retraso, sobre las 10h, cogimos la carretera que salía de nuestro Hotel, dirección al Puente de los Navarros; y que en casi 1km, nos daría con el desvío como inicio de ésta expectante senda.
Ya en el mismo, había que ascender de golpe un buen desnivel para ya enseguida sentirnos colgados en la Sierra Lomenas, para adentrarnos en el corte del valle, por un gran Barranco. Caminos de subida pedregosos, y donde al cuerpo ya le hacía sudar. Ya en lo alto del barranco, unos metros de algo mas llano con enormes piedras a esquiv
ar para adentrarnos en algo en principio no esperado por su complicidad. Ibamos colgados encima del Rio Ara, un autentico barranco, una leve y exigua senda, muy bordeada al desfiladero del rio.
Hasta que llegamos al punto mas complicado del recorrido, La Escala….uffff…madre mía!! exclamo Ino. Y es que después de pasar algun tramo pedregoso muy muy al borde, esto rizaba el rizo, para alguien como nosotros, no muy habidos en éstas aventuras…5 metros de escala sobre el barranco, cable donde sujetarnos para no… y es que las imprudencias se pueden pagar…fueron 2 min de pensar como afrontarla o retirarse… reconozco que quitando el momento del encuentro cuando exclamo Ino, sobre como pasarla; en ningún momento los nervios afloraron, estudiamos la orografía del terreno, los apoyos, y sobre todo…no mirar abajo!! Cogí el cable con fuerza y mirando los apoyos pasé con suficiente cuidado para lo llevar ningún sobresalto, y con mi destreza pude convencer a Ino a pasar…no dio tiempo a darle mas vueltas.
Eso si, una vez pasado…reconocimiento a lo “no reconocido” de ésta ruta, la poca información que habiamos recalado de ésta senda. Coincidimos allí con una valiente chica que pasó sin dudar, comentamos con ella la jugada. Descargado toda la adrenalina, fuimos unos metros pensando en lo ocurrido.
Ya y después de un desnivel, nos encontramos a la par del enorme ruido del cauce del Rio Ara, belleza entre barrancos, sin duda alguna enriquecido por las nieves invernales que en las altas cotas aún continuaban. Cruzamos el Puente nuevo de Santa Elena, para cruzar al otro lado de éste valle cerrado en forma de desfiladeros. Pero ahora nos adentrariamos en los preciosos Bosques, tan oscuros y tan bellos, mezclados por algunas praderas dignas de un buen revolcón; bosques otoñales por sus enormes capas de hojas caidas…era momentos para la melancolía, todo muy bucolico, que paseos tan agraciados; con una temperatura ideal. Siempre con el enorme murmullo del rio a nuestra izquierda.
Nos adentrabamos en el tramo de la Garganta de Bujaruelo, bordeando por su parte baja del rio, con algún tramo a esquivar con una ligera dificultad, debido a alguna señal que tendía a la duda. En general la senda, estaba perfectamente señalizada…y es que “caminante no hay camino, se hace camino al andar…” (A.Machado) La belleza se apoderaba de nuestro alma, de nuestra mente… de todo el interior. Alguna parada para beber algo de liquido, pero el final del recorrido estaba ya cerca.
Ya por el barranco de Gabieto, cruzamos un afluente del rio Ara, en plan Scout, planeando las piedras a seguir… ya después de salir de un recodo del barranco, vimos al fondo, como una postal. Una enorme pradera, con rio de fondo, y su precioso Puente Romano decorando, lo que és el autentico Valle de Bujaruelo. Adornado por su Camping, Refugio y Mesón…
Pasta para comer y comentar el camino seguido, para después de un pequeño descanso a los pies del Puente Romano, iniciar la marcha de vuelta ésta vez por la pista. Unos kilómetros avanzados, pudimos disfrutar de un grupo de piraguistas, disfrutando de los rápidos del Rio Ara. Valor y fuerza, sin duda alguna.
Ya en el Puente de los Navarros, cogimos parte de la Ruta de Turieto al otro lado del cauce del rio, y pasado sobre el 1km, subir camino de la carretera dirección Torla. Experiencia inolvidable, a pesar de todo.
[ Día 4. Callejeando por Torla, y visita al Centro de Visitantes ]
Día soleado y esplendido el amanecido en el valle. Por momentos la temperatura sube y sube, ambiente tormentoso, se vislumbraba. Enormes y bonitas calles empedradas con gran desnivel; casas de piedras, tejados de pizarra, tranquilidad en el ambiente, un sosiego digno de valorar para el que viene de la capital. Buen oxigeno en el ambiente. Chimeneas tan singulares como enormes y redondeadas…
Luego visita al Centro de Visitantes, recien inagurado. Un lugar de encuentro y de entendimiento sobre la orografia, flora y fauna, de éstos enormes parajes, sus habitantes, sus valientes nativos…
Después de un pequeño ágape, volvimos con la intención de un bañito relajante como previo a la sesión de Spa, que poco después al caer la tarde tendriamos en el Hotel; bajamos a la piscina pero…lo anunciado por la mañana, estropeando en 30min las ganas de un relajante baño.
Ya sin esas gotas, y teniendo aun un par de horas de espera antes de la sesión de Spa, sin pensarmelo y con ganas, quise disfrutar del entorno a mi manera, corriendo dirección al pueblo, vuelta a el por sus calles empedradas y vuelta al Hotel, breve salida pero enorme disfrute (3,700m).
Después de unos baños, cena romantica en el Hotel (Ordesa romantica), y cava en la habitación, día inolvidable. Poco a poco veiamos que las minivacaciones habían terminado, eso sí con una buena carga de relajación y oxigeno para los calores madrileños.
[PODEIS VER LAS FOTOS EN EL FACEBOOK, luego pasaré algunas aquí]
3 comentarios:
Hola Javier, que guapas tus rutas encima terminando con un spa y con Cava.....yo de mayor quiero ser como tu.
Un saludo
Quique
Javier... fantástico. -Que recuerdo me da el puente los Navarros...
Sdos.
buen gusto para elegir la ruta y el fin de fiesta, si señor.
q ganas me ha dado oirte hablar de Bujaruelo!
Espero andar por allí a la vuelta de Alpes, a barranquear lo que se pueda.
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