De Charly, conocía sus comentarios blogueros, persona anónima, desconocida… aficionado a correr, a disfrutar del sufrido deporte atlético, igualmente apasionada por el disfrute de éste su primer Maratón, en su villa natal. No conocía nada de él, pero tanto para mi como para mi mujer Ino, fue un encanto de chico, desbordaba detalles…una leve charla con él en el previo maratoniano, dejaba ver su gran amistad.
Viaje a San Sebastián (Donostia).
Ya con los nervios a flor de piel y con las dudas del posible rendimiento, con mi consabido resfriado, partimos para la bella Easo, 6 horas de viaje entre lluvia y nieve, y recepción en el Colegio Mayor Olaraín de la ciudad vasca, gracias a la intermediación de Jose Manuel “Torcas” (UC3) otro gran Maratoniano.
Pre-Maratón.Madrugamos, probando el…”quien madruga, dios le ayuda…”, fuimos para la feria, sita en el bello Estadio de Anoeta, los nervios y las ganas de que esto comenzara me empezaban a agobiar, no me encontra bien, ya la concentración iba en su parte mas negativa, solo gracias al ambiente previo me sacaba de éste mal fario. Ya con la bolsa del corredor en la mano, dentro del murmullo maratoniano, fué cuando charlamos con Charly, éste debutante en la mítica distancia de Filipides.
Nos despedimos, ambos teníamos idénticas intenciones para la disputa del Maratón, ambos nos sentíamos fracasados en las mismas, el terminaba su preparación con una leve rotura de fibras en sus últimos días, yo…que puedo decir, me sentía bastante inseguro, llegaba con los imprevistos a cuestas, resfriado, últimos entrenos no muy recomendables en su calidad, con un pensamiento de dudas sobre los ligamentos de mi pierna izquierda… Era echar un moneda al aire, os lo aseguro.
Según se acercaba la noche, llegaban mas los agobios previos, mi alegría por la disputa de éste segundo reto, se confundía por el
“no Javi…no me encuentro bien, no se si lo voy a terminar, si quiera…” , era una autentica putada, tanto tiempo esperando, y zas, llegaba en el peor momento. Mientras la garganta se mezclaba con el triste consuelo medicinal.
Llega el día, mi Segundo Maratón.Eran las 6.00h, mi cuerpo no se rendía, y quería dar guerra, un corredor popular, por muy popular que sea tiene y debe ser fuerte, dentro unos márgenes, claro. Acudimos a desayunar en las cercanías de Anoeta, donde unos venían otros iban; mientras unos terminaban la fiesta corrida en la noche donostiarra, otros madrugábamos para otra fiesta, la fiesta de los 42km. Fue difícil encontrar un sitio a las 6.30h para el leve desayuno, el ya habitual unido a mi ración de frutos secos, y litros de Aquarius. Por momentos mi pesimismo se aparcaba afortunadamente.
La mañana era gris, plomizo, amenazante y provocadora. Se acercaban las 7.00h, hora indicada para el encuentro con David, tenía ganas de conocerle... La hora se acercaba y fue cuando apareció Charly, con las mismas ideas y los mismos problemas, la intención era la misma, idéntica…
“hay que acabar, como sea”; los planes se habían trastocados pero no había momento para pensar mas en lo ocurrido.
Mi vestuario era muy distinto, chubasquero de última adquisición (compramos uno de urgencia, ante lo que nos venía encima…), guantes, braga, gorra, todo para intentar paliar las dificultades climatológicas. Mi respiración entre se cortaba por los nervios y por la ansiedad. Leves estiramientos, unos pequeños trotes para intentar poner el
“motor de arranque” a tono en su marcha mas corta.
Ya con la despedida de Ino y del padre de Charly, nos posicionamos en la parte trasera de grupo de los mas de 3000 runners; nos deseamos suerte, ese apoyo mutuo nos iba a venir muy bien.
9.00h el murmullo golpeaba nuestros corazones, el ambiente engrandecía el acto, fue superior. Las pulsaciones encontraban acomodo por nuestro pecho de una manera muy acelerada. 5 km en su vuelta corta por las largas y amplias avenidas donostiarras, que nos servían para encajar con la mejor cara posible el ritmo a llevar, zancadas, braceos... una buena posición de carrera, no perdía detalle dentro de mi cuerpo, respiración cómoda dentro de lo posible, el ritmo para empezar era satisfactorio para ambos. Algo menos de 30min en esos primeros 5km, para dar la primera vuelta
“de honor” por el precioso Estadio de Anoeta, de momento el calor entraba en el cuerpo de una manera muy natural y las sensaciones aceptables.
Mi cuerpo no notaba nada extraño, el ritmo lo llevaba con ligera soltura, dentro del poco riesgo que llevábamos, ya que no era momento de aventuras, era como plantear carreras a 5km vista, pasando casi por el 6, se incorpora uno de los dos amigos de Charly, en función de liebres, con un trabajo espléndido, volvemos a encarar un tramo ya repetido en la vuelta corta, ésta sería de unos 18km, las conversaciones amenas se mezclabas con el disfrute visual hacia ésta ciudad norteña, sobre todo al llegar a las proximidades de La Concha con su elegante edificio Consistorial, encarábamos la zona del Boulevard, bella zona de paseo, los tiempos oscilaban entre 5.37 y los 6 y poco, la media era la anunciada. Entre conversaciones olvidaba marcan los cronos al paso del 10, pero serían sobre 57min. Tomábamos agua, aquarius en todos lo controles, faltaría más, eso unido a las provisiones que llevaba acuestas el debutante Charly... desde barritas...hasta dátiles, no nos faltaba nada, el grupo de desperdigaba, la carrera iba por grupos, nosotros atrás, pero por un momento, tuvimos a un grupo justo detrás nuestros, les gustaba el ritmo que ya llevábamos los 4, se había agregado el otro componente concertado con Charly, era la zona del Kursal y la playa de Zurriola, donde pudimos comprobar como estaba la mar, bastante revuelta, con enorme oleaje. El tiempo se nos echaba encima, empezaba a llover por momentos y que unido al fuerte viento en la parte mas litoral, hacía presagiar una parte final dura y anunciada.
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“El recorrido era fantástico, que fatalidad de no llegar en buen estado...”, comentaba para mis adentros, pero ya no había que darle mas vueltas. En una Maratón, cada uno llega con distintos objetivos, pero las circunstancias son las que dominan el resultado final. Se puede uno preparar para hacer un tiempo aproximado, pero depende luego de muchos factores; como llegar en la alfombra de salida, o de cómo encontrarte un clima imprevisto, una leve molestia muscular... o simplemente una mala digestión... Siempre será definitivo el poder acabarla con la cabeza bien alta.
Todos los que corremos un Maratón, sabemos de sobra, que no va a ser el único en la vida, que siempre habrá otro, y otro... entramos en la dinámica de que
“hasta que las piernas me dejen”, y lo que no es menos cierto es que el que corre un Maratón sabe sus limites, y no hay que llevarlos a un extremo de sufrimiento excesivo.--

De vuelta para el Kursal y el puente sobre la desembocadura del rio Uruméa, nos adentrábamos en la zona mas concurrida del recorrido en las proximidades de la playa de La Concha, un encanto de disfrute veraniego, como hace 4 años pudimos comprobar, rodeada de enormes palacetes, ya entonces la temperatura iba empeorando, allí se encontraba Ino, en el punto convenido, momento moral importante, solo ella sabe con que sensaciones he llegado a ésta cita, solo ella sabe mis sensaciones la noche anterior... así que cuando nos cruzamos le pude enviar un mensaje positivo sobre como podía estaba desarrollando la prueba.
Pasamos por el puente bajo el Palacio de Miramar, un encanto entre ambas playas, La concha y ondarreta, fue allí donde pudimos ver que esto de correr también se lleva a un extremo de espectáculo, fue Charly y sus amigos los que me comentaron lo de éste tipo, un francés totalmente desnudo, (
david habla de él) con su dorsal pillado de los pezones, y solo calzando sus potentes zapatillas,
“un caso único en la especie”. Parece ser que en el país vecino le detienen si corre así, pero por las costas Vascas, no ponen reparo en que disfrute de su naturalidad y naturista, claro.
Ya en las avenidas de Loyola, una zona residencial con un cache inmobiliario importante, nos encarábamos a la zona mas fea del recorrido, eran unos 3 km (ya me informó
Sergio Mayayo), con un leve desnivel asequible, para volver por sus propios pasos bordeando una rotonda final. De nuevo en ésta primera vuelta grande, camino de la zona playera, mucha gente animando y disfrutando de la misma, algo increíble
...” vamos, aupa, fuerza, valientes”. Nuestras sensaciones se mantenían estables, acercándose ya a las 2h de carrera, camino de la media Maratón... fue entonces donde nos avisaban que se acercaba el casi ganador de la prueba, el Marroquí de turno, y que sacaba un par de minutos al segundo...
Nos acercábamos a Anoeta, una de las liebres se despedía con éxito de nosotros, había conseguido mantenernos en un ambiente distendido. Atravesando el Estadio Realista, solo quedaba el tramo final de la segunda vuelta de 18km con el ánimo muy bueno, aunque las piernas empezaban a pesar, sobre todo a Charly, salido de una leve rotura de fibras. Yo increíblemente para como me presenté en la salida, sentía satisfacción, había kilómetros de 5.30 y 5.40, para combinarlos con algunos mas lentos, pero las piernas funcionaban, mi tos dura, no aparecía, mis contenidos nasales estables... y pasaban los kilómetros, entre la multitud, quizás el paso mas difícil de la carrera, fue el tramo de nuevo por el Boulevard camino del Kursal y la playa de Zurriola, el tiempo se desató, fuerte viento, por momentos fuerte lluvia, iba racheado todo junto, sentía que el sudor acumulado se enfriaba en la zona lumbar, y eso me preocupaba, mi braga en el cuello me servía de tapadera para no llegar a algo inesperado, y que podía acabar con todas las intenciones.
Con un trabajo exquisito la 2 liebre nos deja el camino listo para la culminación, km29. Ya era cuestión de sacar ese orgullo que todo Maratoniano llevamos dentro, y rematar la faena con toda la fuerza posible. Paso por el 30, de nuevo el encuentro con Ino, le demuestro que mi fuerte pesimismo que ella me notaba la noche anterior pasa por momentos de esperanza. Agua, aquarius, pasas, plátanos eran de los últimos controles alimenticios antes del tramo definitivo y mas duro de encarar, el famoso “muro” del 32.
Pero –muro!!, y que muro, acaso en Donosti, no inventaron el muro, algo tiene que ver su perfil? No lo ví, y el Sr. Del Mazo?, quien es ese?, nada, me doy la vuelta y solo veo el gran ambiente que te lleva en voladas, por lo que en un momento de euforia, ocurre lo inesperado y arriesgado a su vez... Comento con Charly, muy soltura en éste ritmo conservador pero el indicado y que llevamos durante ya mas de 30km, le digo, que a la vuelta de la parte del recorrido por el polígono industrial, sobre el 36, intentaría forzar el ritmo para hacer un último milagro de bajar de las ansiadas 4h.
No llego a ese punto, pasamos el 32 y medio, hablamos,
-“como sigues Charly?”- me comenta que tiene los gemelos un poco pasados, yo me encontraba con hacer ese último intento, mirando el tiempo que llevábamos, sabía que era difícil, que tendría que hacer parciales de 5.15 de media en ésos casi últimos 10, pero tengo que atacar de lejos, y no espero, mi decisión está tomada, no se si sería acertada... por otro lado me duele por que dejo al debutante Charly solo en su duro final, y todos sabemos que tener una referencia que te marque el ritmo, hace las zancadas mas fáciles.
Le deseo suerte, para ese tramo definitivo, sé que va un poco mal, le pasará factura su anterior leve rotura de fibras, y que tanto quebraderos dio a su fisio. Hago un cambio de ritmo, quizás excesivo, quien sabe, lo que si es verdad es que esa aceleración, la llevo bien, paso de 6 y pico a incluso 5.35, noto en esas zancadas que a pesar de esa mejoría, va a estar difícil, son 3 kms con similares parciales, hasta que... ya encarando el paseo de Loyola, noto el efecto contrario, me recrimino a mi mismo la actuación, por momento me clavo, es el 36, y lo peor me veo solo, sin capaz de aguantar un ritmo similar ni por asomo. Mi cabeza se nubla, duda, se cae al suelo, la soledad me hace por unos metros un sufrimiento nada espero, desisto en ese ritmo acelerado, encuentro a mi altura a un corredor, que lleva un ritmo de similar zancada. Me situó a su altura, hablo con el, es un experto maratoniano con mas de 20 a sus espaldas, y eso que le veo joven.
Ya solo queda terminar, desistir en el intento sub4h, y es momento de disfrutar de una ciudad preciosa, y que aunque el ultimo tercio el tiempo ha sido insoportable, mi cuerpo en el fondo no me trato mal, voy acabar si tener que detenerme en cualquier esquina y desmoralizarme por momento, no voy fuerte de mente, y las piernas van aceptables, eso si con sus muchos kilómetros. Es una charla amena la que entablo con Salvador, así se llamaba éste “veterano”, pasada la concha de nuevo, giramos a derecha para enfilar el tramo final de 3 kms, multitud de gente, y eso que somos corredores de casi 4horas, es increíble...-aupa- -vamos ya lo tenéis-, reconozco que tuve amago de lagrimas en mis ojos, iba emocionado, lo iba a terminar, quien me lo iba a decir.
Una señal de mi pesimismo, fue que en el chubasquero llevaba un móvil, esa era mi desconfianza a mi mismo, creía no capaz de terminar y de ésta forma avisar a Ino, para que no me esperara, que me rendía, que mi cuerpo dijo basta... Afortunadamente no lo usé para ésta posible decepción; pude escuchas 2 llamadas de mi padre y de mi hermano, y que sinceramente iba tan satisfecho que me dio ganas de cogerlas en directo y describir mis andanzas.
Salvador, me comenta que tira un poco mas, que acelera unos metros, yo no me arriesgo mas, por lo que ya con el ambiente de fondo, podría ser capaz de llegar sin riesgos, al fondo el estadio, al fondo de nuevo las emociones a flor de piel, quería llorar, pero iba ya tan justo que ni lagrimas salían de mis ojos. Había pasado mucho en las últimas horas.
Las cercanías a Anoeta, repleto de gente, e incluso puedo vislumbrar a los amigos y padres de Charly, la entrada al estadio, un momento único para la culminación de un Maratón, veo a Ino con su cámara en la mano, en la curva de los 100m, ella nota mi satisfacción, mi alegría, mis ganas por levantar los brazos, ella es mi parte anímica, es mi apoyo, lo es todo. La mujer del corredor siempre y será parte directa de los éxitos, como bien ha homenajeado
David en sus comentarios para ellas,
"En el Alma del Atleta" y que todos nos emocionamos con sus palabras.
4h09.34 mas de 13min de superación con respecto a Madrid de éste año, y con la sensación de que bajar de 4h es factible, siempre que sea con una superior preparación en tiradas largas, y suerte, claro que la suerte es importante, sobre todo las horas previas ante posibles contratiempos como fue en éste caso, pero que siempre a pesar de todo lo importante es cruzar la meta.
Felicitaciones.
A la organización de la misma, por tratar al corredor como si de un profesional se tratara a los cerca de 3200 casi anónimos. Con un perfil perfecto para las mejoras. Y sobre todo felicitaciones a la ciudad de San Sebastián (Donostia), por el trato dado al corredor y que en ocasiones era de entusiasmo sobre personas anónimas. A Charly que culminó su primer Maratón en 4h18, y que aunque con mucho sufrimiento en los tramos finales puso una muy buena nota en su debut.
Y gracias a todos los que o bien por telefono, sms, email y comentarios a éste bitacora personal, por los animos recibidos, GRACIAS.
Son momentos del CARPE DIEM, por lo que pasados unos días, podré marcarme otro reto maratoniano para el 2009.